La trayectoria de las redes sociales ha sido notablemente dinámica. Inicialmente concebidas como espacios para crear perfiles individuales y compartir información personal, aficiones o aspectos de la personalidad, han trascendido esta función original. En la actualidad, estas plataformas no son solo un medio para la difusión de contenidos, sino que se han consolidado como una herramienta clave para que las empresas se acerquen a su público objetivo, enviando mensajes instantáneos y difundiendo información a sus "amigos" o "seguidores". La capacidad intrínseca de estas plataformas para la conectividad, la interacción y la viralidad las ha transformado en un terreno fértil para el marketing y la estrategia empresarial. La funcionalidad inherente de las redes sociales, que permite una conectividad global, una interacción constante en tiempo real y una propagación viral de contenido, ha atraído de manera natural a las empresas que buscan alcanzar audiencias masivas y comprometidas. Esta adopción estratégica, a su vez, impulsa la necesidad de clasificar y comprender a fondo el ecosistema para optimizar la inversión y el impacto.